Con la ayuda de esta prueba, la orina puede examinarse en un laboratorio, lo que permite obtener información crucial sobre la salud de una persona. Por ello, se trata de una prueba habitual en el sector médico.
Este análisis consiste en revisar:
- Su color.
- Su aspecto.
- Su olor.
- Una medida de acidez (pH).
- Si hay sustancias en la orina que no deberían estar ahí, como sangre, demasiadas proteínas, glucosa, cetonas o bilirrubina.
- Si hay cilindros urinarios, cristales o células.
- Si hay bacterias u otros gérmenes.
¿Qué detecta?
Los médicos solicitan con frecuencia un análisis de orina para evaluar la salud general de un paciente, con el objetivo de confirmar o descartar cualquier patología que pueda estar afectando a las vías urinarias, los riñones o el sistema endocrino.
Este análisis implica evaluar el color, la consistencia y la composición de la orina. Es necesario realizar un estudio más específico cuando los resultados se desvían de los parámetros esperados.
Además, se utiliza para mantener un control meticuloso sobre el curso de una enfermedad y, en raras circunstancias, para confirmar un embarazo o la confirmación de sustancias químicas nocivas como la nicotina o los narcóticos.
¿Cuándo debe realizarse este análisis?
En ocasiones, esta prueba formar parte del chequeo médico anual junto con otras pruebas estándar. Este puede solicitarlo cuando quieran detectarle:
- Enfermedades renales.
- Enfermedades hepáticas.
- Diabetes.
O cuando manifieste los siguientes síntomas:
- Dolor abdominal.
- Dolor en espalda.
- Molestias al orinar.
- Orina continuamente.
- Hay sangre en su orina.
Tipos de análisis
- Tira reactiva.
- Sedimento urinario.
- Cultivo de orina.
- Antibiograma.
- Estudio de 24 horas.
¿Cómo debe ser la muestra?
En el pequeño recipiente que le entregan en el laboratorio debe poner la muestra de su orina. Solamente es necesario que la orina se entregue antes de los 30 minutos, ya que después de este periodo se crean gérmenes que pueden afectar a los resultados.